lunes, julio 10, 2017

La Cacica Urimare

Cueva del Guacharo
Entrada Cueva del Guácharo
Los hechos que elevaron a esta bella princesa de origen Mariche, llamada Urimare, al pedestal de heroína y protagonista de un subjetivo y original relato, pertenecen a la mera leyenda.

Su padre el valiente Aramaipuro, una vez penetrado en los otoñales parajes de la madurez, desanimado, cansado de luchar inútilmente, optó por capitular, retirarse a oriente y asentarse con su pueblo en la zona costera.

Refiere la tradición que este cacique se esforzó siempre por educar celosamente a su hermosa y única hija, Urimare, y que, con el propósito de que lo sucediera en el cacicazgo, la había instruido en los secretos del gobierno y de la guerra de tal suerte que la esbelta joven, dotada de despierta inteligencia y sólidos conocimientos que habrían de permitirle administrar con eficiencia las actividades de la tribu, llegó igualmente a adquirir una sólida formación bélica, esto es, dominio de las tácticas del ataque súbito y destreza en el combate con las habituales armas de su pueblo: el arco, la flecha y la macana.

Tal las cosas discurrieron los años. Y, llegado 1595, el despiadado pirata inglés Walter Raleigh, obrando como solían hacerlo estos abortos de la naturaleza poseídos de crueldad infrahumana y sangrientos instintos, atacó salvajemente la ciudad de cumana, arrasó cuanto halló a su paso, saqueo y incendio.

La noche del saqueo, no bien hubo comenzado la acostumbrada orgía a bordo de la nave inglesa capitana, con el consuetudinario e irracional consumo de licor por parte de la dotación al completo, la bella Urimare,  a quien el sanguinario Raleigh había reservado en sus aposentos para su particular disfrute, en ausencia de este consiguió abrir una ventana situada al fondo de la espaciosa cámara y, deslizándose sigilosamente a su través, se zambulló, en medio salto, en las oscuras aguas. Toda la noche debió pasarla nadando hacia una de las playas hasta que a la mañana siguiente, muy de madrugada, sin fuerzas, con alarmantes síntomas de deshidratación y a punto de morir, le recogieron unos pescadores.

A la hermosa Urimare, la muerte de su progenitor en el ataque del pirata Raleigh vino a ocasionarle una larga vía de penalidades: tras haber efectuado labores manuales en una misión y dado muerte, en defensa propia, a un mal sujeto que había tratado de violarla, se vio obligada a huir hacia el oeste seguidamente luego de varios meses de penoso caminar, defendiéndose como pudo de las alimañas y alimentándose únicamente de frutas así como de las esporádicas piezas de caza  que logro capturar, famélica, en penosas condiciones físicas, consiguió alcanzar la zona este del litoral central, pidió ayuda al cacique Guaicamacuto, y se acogió a su amparo. Junto a este participó con insospechada efectividad en algunas de las acciones postrimeras de la lucha por la defensa del suelo patrio, hasta la total claudicación del pueblo aborigen.

Cuenta la tradición que, atendiendo a ciertos emisarios llegados desde su tribu, Urimare retornó junto a los suyos y codo a codo con ellos desempeñó, con dignidad y competencia, el cacicazgo hasta el día de su muerte.

Hay un relato que dice que Urimare y su tribu rendían culto a la cueva del Guácharo porque ellos decían que los sonidos que emitían los guacharos eran las voces de los dioses de sus ancestros, Urimare y su tribu capturaron a unos castellanos merodeando la cueva y los obligaron a entrar para que así sus dioses hicieran prenda de ellos, pero estos se sorprendieron cuando los castellanos salieron de la cueva, ellos pensaron que los castellanos habían derrotado a sus dioses y que ya estarían perdidos y nunca ganarían la batalla contra el invasor.

Dice la leyenda que una vez que se vio ya cansada y derrotada se adentró en la inmensa cueva del Guácharo, donde juro a sus ancestros proteger la región, y de noche se convertía en un gran Guácharo, que avisaba a los guerreros el peligro que les acechara.
Referencias:

  1. "Visión Panagerica de los Caciques de Venezuela”.Quevedo Martín, Agustín. 
  2. “Caciques Aborígenes de Venezuela”. Reyes, Antonio. 

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