Cinco Águilas blancas volaban un día por el azul firmamento; éstas al fin se posaron cada una sobre un risco, clavando sus garras en la viva roca.
Eran aquellos los días de Carabay, el genio de los bosques aromáticos, primera mujer entre los indios Mirripuyes.
Carabay quería adornar su coraza con aquel plumaje raro y espléndido, y corrió hacia ellas para arrancarles las codiciadas plumas, pero un frío glacial entumeció sus manos: la águilas estaban petrificadas, convertidas en cinco masas enormes de hielo.
Erizarse furiosas, y a medida que sacuden sus monstruosas alas, el suelo se cubre de copos de nieve y la montaña toda se engalana con el plumaje blanco.
Este es el origen fabuloso de las Sierras Nevadas de Mérida. Las cinco Águilas blancas de la tradición indígena son los cinco elevados riscos, siempre cubiertos de nieve. Las grandes y tempestuosas nevadas son el furioso despertar de las águilas; y el silbido del viento en el páramo es el remedo del canto triste y monótono de Carabay, en el mito hermoso de los Andes Venezolanos.
Ruben Tamanaco
@rubentamanaco1
Revisado 17-07-15
Referencia:
- Agenda America Dorada 1993
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